En la
actualidad, resulta cada vez más frecuente escuchar las dificultades que los
padres manifiestan respecto de la crianza de sus hijos. Las diversas
manifestaciones que niños y niñas expresan tienden a producir un efecto de
desorientación. Niños y niñas que parecieran tornarse incomprensibles para sus
padres y que de continuo parecieran prodigar más problemas que felicidades.
Cuestionada la autoridad de cada uno como padre y madre, la pregunta por los
límites hace su entrada. ¿Cuánto malcriar, aguantar? Rápidamente estas
preguntas transitan hacia la urgencia de la respuesta, cuestión que se ve
fácilmente acentuada cuando la escuela ejerce presión y demanda una solución.