5 de abril de 2014

Autismo y Psicoanálisis

El pasado 15 de Enero del presente año el parlamento chileno aprobó la Ley que prohíbe el uso de Timerosal en dosis de vacunas destinadas a niños/as menores de ocho años, embarazadas y adultos mayores. Uno de los principales argumentos legales es el “principio precautorio” por eventuales daños neurológicos en el desarrollo de los niños/as, específicamente el Autismo, debido a la presencia de Mercurio en las dosis, elemento que se usa como preservante del compuesto. En los días siguientes fuimos testigos de un importante debate ciudadano acerca de los efectos que tienen los componentes de las vacunas y su posible relación con trastornos llamados neurológicos, pero por sobre todo el que se conoce como Autismo.


El estudio del Autismo desde la perspectiva del psicoanálisis, tiene una larga tradición que ha contribuido al debate mundial. Su posición ética se descubre en el intento por desmarcarse del enfoque “patologicista”, marcado por la mirada sobre el Autismo como un déficit o una perturbación del desarrollo normal.
Para el Psicoanálisis de orientación Lacaniana, el Autismo sería fundamentalmente una forma muy particular que tiene una persona de ubicarse en el mundo y, por lo tanto, de construirse una realidad (www.autismos.es). Más allá de su asociación a una(s) causa(s) orgánica(s) o de otra índole, lo relevante sería no agotar, ni reducir las respuestas ante la pregunta en qué consiste ser un sujeto con Autismo.
El psicoanálisis (y en especial quienes lo practicamos) no desconoce los avances de las ciencias y su aporte a la salud global, sino más bien, nos interroga el lugar que tiene el sujeto y la singularidad de cada persona cuando se ve afectada por una situación que le causa malestar y sufrimiento.
Es común que ante un niño/a con Autismo el mundo adulto a su alrededor no comparta ni comprenda los códigos que usa para expresarse y, más bien, en el intento por ubicar, normalizar y catalogar esa diferencia, acontece un tremendo dolor a nivel familiar para lograr tratar con lo desconocido. Y es ahí cuando se provoca una desconexión entre el niño/a y su medio ambiente, que termina muchas veces con segregaciones importantes a nivel educativo y de la vida social en general.
En su enseñanza, Jaques Lacan (psicoanalista francés), planteó que es una dificultad común la de escuchar a los niños/as autistas, en especial cuando alguien se ocupa de ellos. Sin embargo siempre “hay algo para decirles”. Es decir, que ante todo, esa dificultad por comprender y vincularse con un niño/a autista, no puede ser impedimento para dirigirles una palabra que lo acoja y que lo ubique en relación a un cuidador/a, un padre, una madre, un hermano/a. En definitiva ante la sociedad en su conjunto.
La oferta en la escucha y acogida de niños con Autismo y sus familias se orienta en dichas directrices, es decir en rescatar la subjetividad y la singularidad de cada niño/a, relevando que sus síntomas (por ejemplo sus ecolalias, sus rituales favoritos, su silencio) tienen el rasgo de lo novedoso y lo creativo, donde cada uno propone nuevas exigencias, formas y juegos por descubrir. En síntesis, se trataría de una manera de preservar lo que ese niño/a ha construido para establecer una relación significativa con los objetos y los otros que lo aman y lo cuidan.

Oscar Delgado
Francisco Ojeda
ALP Chile

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